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El papel del clero

Fecha: 12.07.2012

Autor: Administrador

Asunto: clero

Son controvertidos algunos aspectos relativos a la Iglesia en el siglo XVIII, sobre todo en lo tocante a su atesoramiento de bienes, al papel de la Inquisición, la expulsión de los Jesuitas, etc. Os propongo debatir al respecto

La Iglesia en el siglo XVIII

En el siglo XVIII se produce un descenso relativo del clero (30%).

Comienzan a aparecer obispos ilustrados, se preocupaban por el comportamiento de su grupo y la formación y espiritualidad de sus feligreses. Ansiosos de reforma de la sociedad algunos participaron en actividades no vinculadas con su labor pastoral. Al frente de Sociedades Económicas de Amigos del País, se preocupaban por la agricultura, las artes (Obispo de Barcelona, Climent; Toledo, Lorenzana).

Los párrocos son pilar fundamental por su número y el contacto directo con los fieles. Gracias a la implantación del decreto tridentino sobre seminario, la labor de los obispos y la toma de conciencia de los clérigos se mejoró la formación y espiritualidad de algunos párrocos. Tuvieron importancia en los proyectos ilustrados de las zonas rurales: difusores de nuevas ideas y conocimientos, cargos en las Sociedades Económicas locales. Plan Beneficial: a finales de siglo le fue asignado a cada párroco unos ingresos mínimos permitiéndoles salir de la pobreza.

De las 40 órdenes religiosas existentes tan solo una docena eran importantes y tenían arraigo.

La Compañía de Jesús (fundada en el siglo XVI) tenía gran prestigio y poder en todos los países que se estableció, su papel cercano a los grupos dirigentes le acarreó la enemistad de muchos. Fueron expulsados de Portugal y Francia. Hubo problemas con Fernando VI y con Carlos III estalló el conflicto. El ministro de Gracia y Justicia colocó en cargos eclesiásticos importantes a enemigos de los jesuitas. Se les acusó de organizadores del motín de Esquilache, tras la investigación se dio orden de expulsión. En 1767 se les expulsó de España, Indias y Filipinas fueron enviados a los Estados Pontificios, se solicitó a la Santa Sede la extinción de la compañía, en 1773 fueron expulsados de todos los reinos cristianos. La expulsión facilitó la entrada de las ideas reformistas en la enseñanza.

En cuanto a bienes y rentas, según el catastro de Ensenada el clero poseía el 14,8% de la tierra de cultivo, el 10% de cabezas de ganado y colmenas. Pequeña participación en la industria. Las rentas suponían un 15,3%, el nivel de vida de un clérigo era 5 veces superior a la de un lego.

Por lo que respecta a las relaciones entre la Iglesia y el Estado, tras los roces con la Santa Sede con Felipe V y Fernando VI, durante el reinado de Fernando VI se firmó un “Concordato” 1753 muy ventajoso para la monarquía española. Se reconocían derechos patronales fundados en bulas y privilegios apostólicos de los reyes sobre arzobispados, obispados, monasterios y beneficios consistoriales, así como el patronato especial sobre los reinos de Granada y las Indias.

Carlos III negoció con la Santa Sede para transformar el Tribunal de la Nunciatura (Roma) en el Tribunal de la Rota. Restableció el Regium exequator (incluso en asuntos relacionados con el dogma).

El tribunal de la Inquisición perdió posiciones siendo su capacidad de actuación muy limitada, aunque fue utilizado como freno para las ideas revolucionarias francesa.

Ya en la segunda mitad XVIII destacó el movimiento  católico jansenista, caracterizado por la “preocupación por el tema de la gracia y la salvación”. Se fragua una lucha teológica contra el molinismo, aversión por la moral relajada, catolicismo ilustrado, regalismo y lucha contra los jesuitas. Se designaba a aquellos que en las polémicas religiosas se oponían al ultramontanismo. Fueron los jesuitas quienes aplicaron este calificativo a sus enemigos. En 1781 se fundó un partido jansenista (influencia italiana) cuyo papel en la vida religiosa fue mínimo.

Puede ampliarse información en el blog de Francisco Gijón titulado Historia incompleta de España